¿Problemas para Recordar? Esta podría ser la Razón
¿Cuándo debes preocuparte por los olvidos frecuentes? ¿Estás auto-saboteando sin saberlo el rendimiento de tu cerebro?
Por Susana Vásquez, Doctora
Podríamos empezar por aquí:
¿Tu agenda está siempre apretada?
¿Vas siempre deprisa de una cosa a otra?
¿Trabajas sin parar, sin pausas entre tareas?
Si has respondido afirmativamente a alguna de las preguntas anteriores, sigue leyendo, que te puede interesar.
El autosabotaje
El autosabotaje se produce cuando nos destruimos física, mental o emocionalmente, o impedimos intencionadamente nuestro propio éxito y bienestar al socavar nuestros objetivos y valores personales). Es «insidioso, profundo y universal», según lo definió Berg en 2015, y tiene su origen en mentalidades negativas.
El autosabotaje, también conocido como desregulación conductual, puede ser consciente o inconsciente, dependiendo del nivel de conciencia. Un ejemplo de autosabotaje consciente es decidir comer tarta cuando tu objetivo es comer sano. El autosabotaje inconsciente se produce cuando se socava un objetivo o valor personal, pero no se reconoce inicialmente.
Alguien con miedo al fracaso puede esperar hasta el último minuto para trabajar en un proyecto importante, evitando inconscientemente la perspectiva de un ascenso.
Otra dimensión del autosabotaje es la disonancia cognitiva. La disonancia cognitiva es el desequilibrio interno o malestar que sentimos cuando las palabras o acciones no coinciden con nuestras creencias y valores. Cuando esto ocurre, actuamos para aliviar el malestar cambiando nuestras palabras o comportamiento, o replanteando nuestros objetivos y valores.
Parece improbable que alguien se sabotee a sí mismo deliberadamente, pero lo hace, y las consecuencias pueden ser corrosivas. El autosabotaje crónico mina nuestro impulso y motivación, dejándonos tristes, ansiosos y con la autoestima dañada.
¿Te preocupa tu memoria?
La pérdida de memoria puede ser una parte natural del envejecimiento.
A veces puede estar causada por algo común y tratable, como:
Estrés (que se discutirá un poco más adelante)
Ansiedad o depresión
Problemas de sueño (insomnio)
A veces, la pérdida de memoria puede ser un signo de algo más grave, como la demencia.
Trabajar sin parar y con prisas es un estilo de vida que grita estrés. El estrés crónico puede provocar la muerte de neuronas en el hipocampo.
Un poco de estrés puede ser una gran motivación, como cuando se incita a un estudiante a estudiar antes de un examen importante. Mucho estrés, sin embargo, puede crear más un obstáculo que un beneficio. Esto es cierto cuando se trata de muchas cosas, incluidos los comportamientos que favorecen la salud, las relaciones e incluso nuestra memoria.
El estrés puede inhibir la forma en que formamos y recuperamos los recuerdos, afectando en última instancia al funcionamiento de nuestra memoria. Aprende lo que demuestran los estudios sobre la relación entre el estrés y la memoria, así como a invertir la pérdida de memoria provocada por el estrés.
Cómo afecta el estrés a la memoria
Las investigaciones han descubierto que el estrés afecta a nuestra memoria de muchas maneras, cada una de las cuales tiene repercusiones diferentes.
El estrés y la formación de la memoria
El estrés puede afectar al modo en que se forman los recuerdos. Cuando están estresadas, las personas tienen más dificultades para crear recuerdos a corto plazo y convertir esos recuerdos a corto plazo en recuerdos a largo plazo. Esto significa que es más difícil aprender cuando se está estresado.
Los recuerdos también pueden cambiar una vez formados. Cada vez que recuperamos un recuerdo, lo coloreamos con nuestra experiencia actual de él, como cuando cogemos algo de una estantería y luego lo volvemos a colocar, dejando otro juego de huellas dactilares por haberlo vuelto a manipular.
Estrés y tipo de memoria
El estrés también puede afectar al tipo de recuerdos que formamos. Si estamos estresados durante un acontecimiento, podemos tener más dificultades para recordar con precisión los detalles del suceso más tarde. El estrés colorea nuestra percepción, así como nuestra capacidad para recordar lo que percibimos.
Esta es una de las razones por las que el testimonio de los testigos oculares es tan poco fiable. Las personas no pueden estar absolutamente seguras de recordar correctamente lo que vieron.
Las investigaciones demuestran que si se interroga a las personas y se les da información errónea sobre algo que experimentaron, esa información influirá en su memoria y en lo que creían haber experimentado. Esta información nueva, pero errónea, es entonces más fácil de recordar porque es más reciente que el propio acontecimiento. Por eso pueden crearse falsos recuerdos con interrogatorios bienintencionados.
Impactos adicionales
Se realizó un metaanálisis de 113 estudios sobre el estrés, lo que significa que los investigadores examinaron estos estudios independientes para determinar sus principales conclusiones.
¿Qué muestran estos estudios sobre la relación entre el estrés y el dinero?
El momento en que se produce el factor estresante es importante. Una de las conclusiones más interesantes fue que el estrés podía impedir la formación de recuerdos si se producía antes o durante la codificación, el momento en que se forma el recuerdo. Sin embargo, el estrés posterior a la codificación mejoró la formación y recuperación de la memoria, lo que significa que el estrés posterior a la formación de la memoria mejoró la formación de ésta.
El aumento de cortisol no afecta a la memoria. El estrés aumenta el cortisol, pero los estudios no hallaron ninguna correlación entre las cantidades de cortisol y los efectos del estrés en la memoria. Esto significa que si generas más cortisol durante tu respuesta al estrés, esto no significará necesariamente que tu memoria se vea más perjudicada que la de alguien menos sensible hormonalmente. Curiosamente, las mujeres que tomaban anticonceptivos orales experimentaron menos efectos negativos.
El agotamiento relacionado con el estrés tiene efectos negativos. El estrés también puede provocar agotamiento, y esto puede conducir a un deterioro cognitivo que incluye problemas de atención y memoria de trabajo. Por desgracia, el deterioro de la memoria puede seguir detectándose tres años más tarde, incluso después de haber abordado el agotamiento. Esto subraya la importancia de controlar el estrés antes de que llegue a este punto.
Mejorar tu memoria bajo estrés
Hay varias cosas que puedes hacer para mejorar tu memoria cuando estás estresado. Afortunadamente, estas técnicas también ayudan a controlar el estrés. Una de las más importantes es practicar el autocuidado personal: dormir lo suficiente, seguir una dieta sana y controlar el estrés.
Dormir mal, el estrés elevado y otros problemas físicos pueden afectar a la memoria, además de contribuir al estrés que impide la formación y recuperación de la memoria.
Otras estrategias importantes también funcionan. He aquí algunas estrategias respaldadas por la investigación que puedes probar:
Entrénate en ejercicios de respiración y otras técnicas de relajación. Un estudio de cadetes de policía descubrió que el entrenamiento en rendimiento psicológico mejoraba el recuerdo de los cadetes que experimentaban estrés. Las técnicas utilizadas incluían ejercicios de respiración , imágenes mentales y concentración atencional. Cuando estés estresado, prueba estas técnicas para mejorar el recuerdo.
Muévete. Un estudio que examinaba los efectos del ejercicio aeróbico en personas con problemas de memoria descubrió que un programa de entrenamiento de 12 semanas mejoraba realmente su memoria. Los sujetos experimentaban un deterioro cognitivo leve debido al agotamiento relacionado con el estrés, por lo que estos resultados son especialmente relevantes para quienes están estresados.
Practica la atención plena. Los investigadores también han descubierto que practicar la atención plena puede ayudar a la memoria, no sólo minimizando el estrés, sino también permitiendo un sueño de mejor calidad. Un estudio descubrió que la práctica de la atención plena producía menos estrés, así como menos problemas de memoria y de sueño. Además, como la atención plena se basa en ser más consciente y estar más presente, puedes ser más capaz de prestar atención a detalles que de otro modo no habrías recordado.
El estrés puede provocar cambios agudos y crónicos en determinadas áreas cerebrales que pueden causar daños a largo plazo. La secreción excesiva de hormonas del estrés perjudica con mayor frecuencia la memoria de recuerdo retardado a largo plazo, pero puede mejorar la memoria de recuerdo inmediato a corto plazo. Esta mejora es especialmente relativa en la memoria emocional.
El estrés afecta a gran parte de nuestras vidas y, aunque no siempre podemos eliminarlo por completo, podemos aprender a gestionarlo de forma que nos ayude a mejorar en muchos aspectos de nuestra vida, incluida la memoria.